Capítulo 254

A pesar de su desprecio por los dos hombres, Mónica tenía que seguir con su negocio. Como presidenta de Grupo Díaz, debía anteponer los intereses de la empresa. Tenía cierta preocupación en mente, temiendo que su interlocutor pidiera algo desmedido:—Dime, ¿cómo podríamos hacer para que nuestro medicamento entre en el hospital?" Xabier echó un vistazo a su alrededor. Era temprano en la mañana y la cafetería estaba vacía; solo estaban ellos tres. Al ver que no había nadie más, se sintió tranquilo:—Tu medicamento es demasiado barato, el hospital no puede ganar mucho dinero con él. En realidad, que el hospital no gane dinero no es gran problema, pero nosotros no podemos dejar de ganar. Mónica comprendió de inmediato: querían una comisión. Había venido en persona y, por fin, había logrado cierto avance:—Si los directores nos echan una mano, nuestra empresa sabrá agradecerles. ¿Podrías darme una idea de la cantidad que esperan? Xabier sonrió y le dijo:—A partir de ahora, solo di una frase a