Capítulo 324

Silvia no quería de ninguna manera que Adrián se quedara, pero dejarla sola tampoco me tranquilizaba. No tuve más opción que volver a pedirle ayuda a Ana, quien justamente tenía turno de noche. —Señora Pérez, estoy de guardia porque es mi trabajo, pero cuidar a Silvia es pedirme que use mi turno laboral para un asunto personal tuyo, ¿no es eso tratarme demasiado como a una extraña? —Ana bromeaba a propósito. —No es cuidar, a estas horas todos duermen, solo es para que, si tienes tiempo, vayas a ver si ella está durmiendo bien y que no le pase nada. —trataba de convencerla mimándola un poco. Ana gruñó: —Después de tantos años de amistad, siento que comparada contigo, Silvia no significa nada. —No seas celosa, en mi corazón siempre serás la mejor, irremplazable, ni Adrián puede competir. —bromeé con Ana levantando el pulgar. —Yo no soy Adrián, no necesitas dulcificar tus palabras para complacerme. —Ana tomó mi mano, observando el anillo que llevaba. —Es un modelo antiguo, un objeto viej