Capítulo 110

Regresé a la empresa, y por casualidad, Alejandro también estaba allí. —Presidente Alejandro, aquí tiene mi carta de renuncia; además, ya he tramitado mi dimisión a través del móvil con el departamento de personal —le entregué la carta de renuncia que había preparado con antelación. Alejandro tomó el documento, le echó un vistazo y luego lo lanzó sobre la mesa, mirándome con frialdad. —Carmen, realmente estás llevando las cosas demasiado lejos. Él piensa que estoy haciendo un escándalo, pero desde que lo conocí hasta ahora, realmente nunca he armado un escándalo. Primero, porque vivía en su casa, estaba bajo su techo y no tenía derecho a hacer escándalos, y más tarde porque me gustaba, no me atrevía a hacerlo. De hecho, antes de que mis padres tuvieran problemas, yo era la única consentida de ellos; era natural que tuviera pequeños caprichos y temperamento, y era normal hacer escándalos, pero desde que entré en Casa Vargas, la palabra "escándalo" desapareció de mi vida. —¿Soy yo la que