Capítulo 37

Si algo le pasaba al Maestro Hempton en Sumeria, todas las figuras políticas perderían su trabajo. Después de una larga y angustiosa espera, las puertas de la sala por fin se abrieron. El grupo de figuras políticas se apresuraron a entrar y preguntaron por su estado. "Maestro Hempton, ¿se siente mejor ahora?". "Tengo algo de ginseng añejo en mi colección. Llamaré a mi esposa para que se lo traiga". "Maestro Hempton, si se siente mal, llamaré a mi mujer para que le dé un masaje". Alfred simplemente sonrió ante sus halagos. "Gracias por su amabilidad. Las aprecio todas". Un poco después, el asesor médico llegó con los historiales. Todas las figuras políticas rodearon al doctor y le preguntaron con ansias: "¿Cómo está el Señor Hempton?". El doctor le dio a Alfred su historial médico y dijo con cara de sorpresa: "¡Maestro Hempton la enfermedad recurrente que le ha molestado durante años está mostrando signos de recuperación! ¡Esto es un milagro!". Alfred miró