Capítulo 25

En el interior, el restaurante destacaba aún más por su elegancia. Había varias clases de peces de colores en la piscina, que estaba decorada con abundantes perlas de rocalla. A simple vista, todo parecía estar vivo. Diana pudo notar que todo aquello era caro. Desde luego, una comida aquí no sería barata. Acababa de gastarse quince millones de dólares y tendría que criar sola a su bebé después del divorcio. Era hora de ahorrar. Pensando en lo que podría costarle la comida, le dolió un poco el corazón. Aun así, merecía la pena gastar dinero para dar las gracias a su salvador. Diana calculó aproximadamente el saldo en su teléfono. Fue a sentarse en la sala privada con Oliver y le dijo con descaro: "Mira el menú y pide lo que quieras". ... Después de que la cuadragésima tercera llamada indicara que el teléfono de Diana estaba apagado, la expresión de Julian se ensombreció enormemente. Noel podía sentir la baja presión en la habitación. Se apresuró a susurrar a Julian, recordánd