Capítulo 12

Los dos tomaron asiento y Nina pidió varios platos de inmediato. “¡Los pasteles de camarones de esta tienda son muy famosos! Recientemente, muchas celebridades hicieron que sus agentes vinieran aquí para comprarles comida”. Mientras ordenaba, ella parloteó: “También pediré pescado para tu bebé. ¡El bebé definitivamente será inteligente después de comer eso!”. Diana permaneció en silencio con una leve sonrisa en su rostro. No había muchas personas en su vida a las que apreciara, y Nina era una de ellas. Sin embargo, ella indudablemente estaría más feliz si Julian fuera quien hablara de pedir aquí algunos platos que fueran buenos para la salud del bebé. Por desgracia, la familia de tres miembros con la que había fantaseado finalmente quedó destrozada. Ella bajó la mirada para ocultar su decepción. La comida en este restaurante era realmente buena y Diana tenía muy buen apetito mientras comía. Antes de que ella y Nina pudieran terminar de comer, el dueño de la tienda se acercó de repente y dijo en tono de disculpa: “Lo siento, pero alguien ha reservado el lugar aquí. No le cobraremos por la comida, así que váyanse lo antes posible”. “¡¿Por qué tenemos tanta mala suerte hoy?!”. Nina arrojó los cubiertos. “¡Nos topamos con ese maldito hombre cuando estábamos de compras y nos echan cuando estamos comiendo!”. Ella miró a Diana. “Diana, puedes comer despacio. Estoy segura de que no nos echarán si aún no terminamos de comer”. Diana también estaba un poco sorprendida. Ella no había comido lo suficiente todavía. Estos platos satisfacían mucho su apetito. Después de comer, la sensación de náuseas desapareció instantáneamente. Después de que Diana miró al dueño de la tienda, dijo: “Tampoco es fácil para él”. Ella sacó algo de dinero y dijo: “Empaca la comida para nosotros. Tampoco es necesario que nos regales la comida”. El dueño de la tienda estaba naturalmente agradecido. Solo después de que salieron, Diana se dio cuenta de que fue Julian quien había reservado todo el restaurante. Él no parecía alguien que vendría a este tipo de lugar a comer, así que Diana pensó que simplemente estaba haciendo esto para hacer feliz a esa mujer. Diana pensó un rato antes de decidir llamar a Julian. “¿Dónde estás?”. Sin embargo, él no le dio una respuesta clara. “Estoy lidiando con algunas cosas”. Diana miró a Julian, que estaba parado en el callejón, y deliberadamente dijo: “Estoy en un restaurante cerca del centro comercial SK. Los pasteles de camarones aquí son mejores que los que hace el chef en casa. Te llevaré un poco, ¿de acuerdo?”. Julian se detuvo en seco y detuvo a Kayla. Miró hacia el restaurante que estaba cerca, sin atreverse a ir más lejos. Kayla estaba desconcertada. Ella lo miró y le preguntó: “¿Qué pasa?”. Julian cambió la posición de su teléfono y no le respondió a Kayla. En lugar de eso, le dijo a la persona que estaba al otro lado de la línea: “No es necesario”. Él tenía el fuerte presentimiento de que Diana estaba en la zona. Él miró a Kayla, que se parecía a Diana, y entró en pánico sin motivo alguno. El ánimo de Diana había sido muy malo estos días, por lo que debía ocultar la razón por la que se había casado con ella en primer lugar. Esto era su último acto de misericordia y bondad hacia ella. Julian colgó y rápidamente cambió su itinerario. “Conozco un restaurante aún mejor. Mejor probemos la comida de allí”. El callejón era estrecho y Julian era alto. Diana solo podía ver el dobladillo de su ropa, pero no podía ver el rostro de la mujer. Nina vio a Diana y dijo: “¡Sabía que no los dejarías ir!”. Le guiñó un ojo a Diana y luego sacó su pequeña cámara de vídeo. “Está lleno de gente, así que será mejor que te quedes aquí. ¡Espera a que tome fotos! Volveré y te las mostraré”. Diana no detuvo a Nina. A fin de cuentas, no era como si ella no tuviera mal carácter. Ella estaba a punto de divorciarse de Julian, pero los trámites aún no se habían completado. El hecho de que él hubiera sido infiel durante su matrimonio significaba que, en primer lugar, todo fue culpa suya. Él no debería estar provocándola repetidamente ahora. ¿Realmente esa mujer no sabía nada sobre la existencia de su legítima esposa? Aunque Diana no podía ver claramente la expresión de esa mujer, sentía que todo lo que había sucedido hoy era demasiada coincidencia. Además, ella todavía no tenía idea de la identidad de la persona que le envió el mensaje de texto ese día. ¿Fue esa mujer? Pase lo que pase, hoy la hicieron enojar. ¡Ella tampoco los dejaría ser felices! Ella estaba arriesgándose cuando hizo esa llamada telefónica a Julian antes. Ella estaba apostando por su ética, su integridad y si a él todavía le importaba su matrimonio. Mientras observaba a la pareja salir del restaurante, ella sintió que había ganado la apuesta. Pronto podría ver las fotos que Nina le tomaría y ver cómo era esa mujer. Ella quería saber cómo esa mujer pudo encantar a Julian, que siempre había frecuentado solo restaurantes de lujo, para que viniera a un lugar como este. La forma en que él era bueno con esa mujer fue diferente en comparación con su trato hacia Diana. ¡Él siempre estaba comprometido e incluso cambiaba sus preferencias y actitud hacia esa mujer! Diana cerró los ojos, sin querer pensar en lo que había sucedido recientemente. Pronto sonó la voz de Nina. “¡Diana!”. Nina volvió con las fotos.