Capítulo 86

Cuatro hombres corpulentos vestidos de negro se bajaron del auto. Sin pronunciar una sola palabra, taparon la boca de María y la arrastraron hacia el vehículo con fuerza. Los movimientos fueron tan rápidos y precisos que María no logró emitir un grito de auxilio. Inmediatamente, le sellaron la boca con cinta adhesiva, le vendaron los ojos con una tela negra y ataron sus manos y pies. Con un rugido, la furgoneta negra aceleró y se alejó rápidamente del lugar, levantando una nube de polvo en el malecón. Desde detrás de un árbol grande, Alejandro emergió lentamente, observando con los ojos entrecerrados cómo la furgoneta se alejaba. Él había presenciado todo el incidente, pero no intervino. A Alejandro le gusta resolver los problemas de una vez por todas y quería saber quién estaba detrás de todo esto. Luego, con pasos rápidos y ágiles, su figura se transformó en un rayo negro mientras perseguía la furgoneta. ...... María, por su parte, estaba sumida en un miedo incesante, consciente de q