Capítulo 37 ¿Cuánto tiempo llevas planeando dejarme?

Entre contradicciones y dilemas, Daniela no logró conciliar el sueño hasta que el cielo comenzó a aclararse. Cuando despertó, era ya una tarde soleada y clara. Pensaba que, al no ir al trabajo, el director del hospital la llamaría para regañarla, pero nadie del hospital se molestó en buscarla. Salió al patio para lavarse y Alberto la seguía detrás, con aire triunfante: —Sabía que no podrías dejarlo. Daniela, furiosa mientras se cepillaba los dientes, deseaba poder rociarle la cara con la espuma de la pasta dental. ¿Cómo podía este hombre estar tan seguro de conocerla tan bien? Aunque todavía indecisa, su corazón ya se inclinaba más por quedarse, al menos por el momento. Para irse, tendría que esperar a que José se marchara, para evitar que pensara que se iba porque no quería verlo. El buen tiempo nunca dura mucho; después de varios días de claridad, finalmente llegó una lluvia torrencial. Las gotas caían con fuerza sobre el enrejado de uvas, y las vides, cargadas de frutos, p