Capítulo 34

—¡Ah! Elena cayó de manera estrepitosa, sintiendo cómo todo a su alrededor se oscurecía, al borde del desmayo. Susana, con el maquillaje corrido como si fuera un espectro, fue ayudada a salir, temblando, mientras de ella emanaba un extraño olor a... baño. La fiesta se había vuelto increíblemente interesante; era la primera vez en la historia que alguien terminaba en un estado tan deplorable después de asistir a una. —Susana, ¿qué les ha pasado? Clara con una mirada significativa hacia Susana. Al encontrarse con la mirada de Clara, Susana reprimió un náusea y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. —¡Fue Isabel quien nos encerró aquí! —¿Qué? Clara llevó una mano a su boca, fingiendo sorpresa. —¿Cómo podría la Señora Isabel hacer algo así? —No tengo idea...— respondió Susana. La multitud observaba la escena, y Susana, entre sollozos, dirigió su mirada hacia Isabel. —¡No solo nos encerró la Señora Isabel, sino que además lanzó un balde de agua dentro del cubículo! —Eso no puede ser..