Capítulo 29

Clara, cual pajarillo, extendió sus brazos dispuesta a lanzarse al abrazo de Víctor. Al sentirse en los brazos del hombre, se frotó satisfecha contra él, levantando la cabeza como una damisela en apuros. —Vico... Pero su coqueteo se interrumpió abruptamente cuando se percató de que, en algún momento, la persona a la que abrazaba había cambiado a Ignacio. Ignacio, mirándola con una sonrisa pícara, la saludó con ironía: —señorita Clara. Clara se soltó rápidamente, arreglando su cabello con una mueca de incomodidad. —Tú... Víctor, parado detrás de Ignacio, mantenía una expresión impasible, como si el incidente no le concerniera. No obstante, Clara, persistente, logró esquivar a Ignacio y se aproximó a Víctor. —Vico, hace tanto tiempo que no nos vemos. La tonalidad melosa de su voz hizo estremecer a Ignacio, quien pensaba que la fortuna romántica de esta mujer era verdaderamente insoportable. Víctor, sin alterarse, se apartó un poco, evitando cualquier contacto físico con Clara. —¿Nos con