Capítulo 30

—¿Tienes problemas mentales? ¿Con qué ojo viste que fui yo quien lo pegó? —Ana se rió suavemente. —Además, ¿de verdad hiciste tú este examen? La gente que observaba no pudo evitar jadear al escuchar esto. ¡Así es, los bárbaros vienen de lugares pobres! ¡Se atreven a insultar al señor de la familia Rodríguez! —¡Tú! —Sergio quedó atónito por sus palabras, incapaz de responder, especialmente por su tono seguro, como si hubiera descubierto algo. —¡Qué insolente! ¿Cómo te atreves a hablarle así al señor Sergio? ¿Acaso no crees que el asunto es ya suficientemente grave? ¡Aunque no fuiste tú quien lo pegó, hacer trampa sigue estando mal! ¡Pide disculpas ahora mismo! Diego le gritó a Ana, y luego se volvió y se inclinó hacia Sergio para disculparse. La multitud murmuraba y se reía, los periodistas tomaban fotos frenéticamente con sus cámaras y algunos incluso grababan videos que enviaban directamente. Lo que Diego pretendía que fuera una rueda de prensa de lucimiento terminó convirtiéndose