Capítulo 55

Caleb y Amelia hervían de rabia, pero no se atrevían a desahogarse en la residencia de Andrew. Se fueron a regañadientes. Madelyn subió las escaleras y encontró a Andrew apoyado contra la pared, vestido igual que hace un rato. Estaba claro que había estado esperando allí todo el tiempo. Una calidez le recorrió el corazón. No había pensado que él seguiría preocupado por ella, incluso con la presencia de David. Andrew le sonrió y tiró de ella hacia sus brazos. “¿Te han criado para ser mi futura esposa desde que eras joven?”. Se preguntaba qué pensamientos pasarían por la mente de Madelyn. Madelyn se acurrucó contra su pecho, escuchando los latidos de su corazón y bromeó: “¿Acaso no fue así?”. Andrew sonrió con cariño. “Sí, así es. Eres mía”. Cuando era pequeña, él mismo la bañaba. Siempre que tenía ocasión, no le pasaba a nadie nada que tuviera que ver con ella. Los Miller incluso bromeaban diciendo que Andrew estaba criando a su futura esposa. La besó suavemente y le preguntó: “¿