Capítulo 332

Sara aparta los documentos y se arrodilla frente a Ignacio. —¡Ignacio, te estoy hablando! —Ignacio, te escucho—, responde él, sin apartar la vista de la pantalla del computador. —Cuando termines, por favor sal. Tengo mucho trabajo que hacer. —Pero, ¿qué estás haciendo? ¿No vas a hablar con Patri para aclarar las cosas? Ignacio detiene sus dedos, baja la mirada y la luz en sus ojos se desvanece, dejando solo un vacío desolador. —Ella ya no me quiere. La luz de neón de las ventanas del suelo al techo ilumina la oficina fría y desolada. Ignacio está encorvado, enfrentando numerosos problemas que esperan ser resueltos en la empresa. Si no los resuelve bien, sus años de esfuerzo habrán sido en vano. —¡Creo que Patri tiene sus razones!— exclama Sara, quien, siendo mujer, puede sentir la desesperación de Patricia. —Patri definitivamente no es mala, debe tener sus razones inevitables, Ignacio. Álvaro no es una buena persona, no tratará bien a Patri. ¿No podrías intentar sentirte un poco mejor?