Capítulo 88

—Ya me comí uno. Ella dejó el helado en el escritorio de Lourdes, —Todavía tengo muchos más. Se puso de puntillas y alzó las cejas para echar un vistazo al trabajo en el que Lourdes estaba ocupada, luego frunció el ceño, —No entiendo nada, sigue con lo tuyo, yo me voy. Lourdes la miró sonriendo mientras se alejaba. Desde que hablaron y aclararon las cosas, la relación entre ellas había mejorado notablemente. Quizás fue por todos los errores que Lourdes había cometido anteriormente, que ahora sentía un profundo remordimiento cada vez que veía a Leticia. Era este sentimiento el que le daba más paciencia y comprensión hacia la joven. Pronto, Lourdes descubrió que la nuera de Pedro era directa, eficiente y encantadoramente excéntrica. Mucho mejor que Belén, que solo sabía manipular a la gente desde las sombras. Con una sonrisa, Lourdes tomó el helado que había en la mesa y comenzó a saborearlo. —Mmm, es dulce. Después de repartir, todos los sirvientes tenían uno, excepto Pedro. Cuando volv