Capítulo 20

Después de haber sembrado cizaña, Belén secó sus lágrimas y se marchó del balcón aparentando estar dolida. Fuera de la vista de Lourdes, su expresión cambió drásticamente. Los ojos que hace poco estaban llenos de lágrimas ahora brillaban con un odio implacable mientras apretaba los puños con fuerza. 'Tengo que sacar a Leticia de la casa de los Fernández como sea.' Si no fuera por ella, ¿cómo es posible que Pedrín me haya dicho esas palabras tan crueles hoy? Belén sabía que Pedro no la amaba, pero las palabras de hoy tenían dos motivos claros: el primero, un sentido de responsabilidad por ser un hombre casado; era su deber mantener distancia con ella, aunque eso implicara lastimarla. El segundo, seguramente había sido don Fernández quien le pidió que se alejara de ella. Sentada en su auto, Belén miraba la imponente mansión de los Fernández, y su mirada estaba llena de odio. 'Voy a aprovecharme de Lourdes para asegurar que la familia Fernández jamás vuelva a conocer la paz. Cada día de s