Capítulo 83
Mario se fue, y Ana, tomando el brazo de María, preguntó: —Mamá, ¿qué tipo de debilidad tiene Raquel que Mario tiene en sus manos?
María sonrió: —Anita, eso no es algo de lo que debamos preocuparnos. Solo debes saber que Raquel no es rival para ti. Ella terminará siendo el juguete de Mario.
Ana esbozó una sonrisa, pensando que Raquel, viniendo del campo, solo merecía a Mario. ¿Cómo se atrevía a ocupar el puesto de la señora Díaz?
Ana elogió: —Mamá, en verdad eres increíble.
Los ojos de María brillaron: —Anita, tu papá lleva varios días sin regresar a casa. ¿Por qué no le llamas para que regrese? Él siempre te hace caso.
Alejandro en verdad trataba a Ana como a una princesa, nunca desobedecía sus deseos.
Ana asintió: —Está bien, mamá. Ahora mismo lo llamo, te aseguro que papá regresará a casa.
Ana sacó su celular y comenzó a llamar.
María se sintió tranquila. Sin Raquel interfiriendo, ella sería muy feliz.
...
En el Grupo Díaz.
En la oficina del presidente, Alberto estaba sentado en su
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