Capítulo 18

—¡Estás tirando el dinero! El dueño de la tienda de lotería negó con la cabeza, manteniendo su convicción. Esos números, simplemente no existían. Luego, registró una apuesta y se la entregó a Fernando. —Es la primera vez que compras; no te presiones tanto, son solo tres dólares, no es el fin del mundo. Explicó el dueño de la tienda, intentando consolarlo. Fernando tomó el billete, sin decir palabra, y salió con María. —Fernando, todos dicen que no vas a ganar, ¿realmente crees que puedes ganar? Preguntó María, movida por la curiosidad. —¿Qué piensas tú? Respondió Fernando con una sonrisa ligera. —Si fuera tan fácil ganar la lotería, el país estaría lleno de millonarios, ¿no crees? María lo miró con sus grandes ojos claros, rebosantes de duda. Fernando sonrió sin decir nada más y le acarició el cabello a María. Desde ese momento, solo quedaba esperar el resultado. Hoy era precisamente el último día del mes, el día del sorteo. Fernando se sintió aliviado; menos mal que Pablo le había men