Capítulo 99

—¡Danilo! Yaritza le hace señas a Danilo con fuerza. —Danilo, ¿sabes que Daniel ha muerto? Nunca más podrás abrazarlo ni cantarle “Arrorró mi niño”. Yaritza aún no había pronunciado estas palabras cuando su garganta ya estaba llena de sollozos. Con los ojos enrojecidos, corre hacia el lujoso coche de Danilo y le suplica: —Danilo, ¿puedes bajar? Necesito hablar contigo. —¡Lárgate! —Danilo levanta levemente los párpados, aquellos ojos que una vez mostraron infinita ternura y compasión, ahora no reflejan ni un ápice de dulzura. Yaritza se detiene, incapaz por un momento de encontrar su voz. Respira profundamente varias veces, tratando de hablar con la mayor calma posible: —Danilo, realmente tengo algo muy importante que decirte. No estoy aquí por mí, estoy aquí por Daniel. Yaritza saca apresuradamente una foto de Daniel que ha guardado celosamente y, temblando, la extiende hacia la ventana del coche de Danilo: —Mira, Danilo, este es Daniel. Sé que quizás hayas perdido la memoria, pero ant