Capítulo 96

Ella ya lo sabía, al caer en aquel profundo abismo, su Daniel no sobreviviría. Pensar es una cosa y escuchar realmente la noticia de su muerte, otra completamente distinta. Fue como si la hubieran apuñalado, y aún así, eso no se comparaba con el dolor que sentía en ese momento. —Te digo... Al recordar cuando llegó en helicóptero al pie del acantilado y vio a Diego, con sus ojos rojos e hinchados, llenos de terror, la voz de Amaranta se tiñó, sin poder evitarlo, de un tono amenazante. —Te digo, tu Daniel ya está muerto, despedazado y devorado por los animales salvajes en el fondo del acantilado, ni siquiera puedes ver su cuerpo entero. —¡Estos pedazos de tela están manchados con su sangre, la sangre de tu Daniel! Él no regresará, nunca más regresará. —Yaritza, ser devorado por animales salvajes no debe ser nada agradable. Dime, si Daniel hubiera estado respirando después de caer del acantilado, y poco a poco lo hubieran comido vivo, ¿crees que habría sentido mucho dolor? —¿Fue un animal