Capítulo 22

La voz de Diego no presentaba fluctuación alguna, pero era fría hasta los huesos, provocando un escalofrío que emanaba desde el fondo del corazón. —Lo único que sé es que hace cuatro años, pensaste que yo era un pobre diablo, y sin dudarlo, abortaste a nuestro hijo para seducir a alguien de la familia Paredes. Lo único que sé es que brutalmente estrellaste el cuerpo de nuestro hijo en mi cara, con una botella de vidrio rompiéndose. Pero no sé si la sangre que estaba en mi rostro era la mía o la de nuestro hijo. —Solo sé que estaba desesperado por el dolor, mientras tú estabas con Faustino. Solo sé que te congraciaste con Faustino y para ocultar que estabas conmigo, no dudaste en contratar a alguien para que provocara un accidente de coche que casi me deja discapacitado. Solo sé... —¡Dieguito, no fue así! Hace cuatro años, si terminé contigo, fue por Amaranta... —Yaritza, no me digas más que terminaste conmigo porque Amaranta te obligó. Culpar a Amaranta solo te hace ver más despreciabl