Capítulo 172

Ella dijo, —¡Qué limpieza! —Vivir limpio, morir limpio, amar a una sola persona toda la vida, un alma sin mancha. Yaritza se tapó la boca con fuerza, pero no pudo contener los sollozos. Daniela era alegre y optimista y, en ciertos aspectos, bastante conservadora. Quería entregar su cuerpo solo al hombre que amaba profundamente, pero fue humillada por esos repugnantes hombres, seguramente sintió que ya no era pura. Por eso sufría tanto, sin fuerzas para seguir viviendo. Su cuerpo ya no estaba limpio, no podía permitir que le imputaran crímenes inexistentes, ensuciando su alma pura. Por eso, incluso después de su muerte, quería que Diego la ayudara a probar su inocencia, a limpiar su nombre manchado. Temblorosa, alcanzó el teléfono sobre la mesa y marcó el número de Diego. Esperó un buen rato hasta que escuchó su voz, indiferente y algo impaciente: —¿Qué quieres? —Señor Diego, usted prometió ayudar a demostrar la inocencia de Daniela. Espero que pueda probar su pureza y permitirle dejar