Capítulo 141

Ella realmente no pudo reconocerlo. Yaritza sabía que hoy no podría escapar, cerró los ojos en desesperación, esperando silenciosamente la llegada de la muerte. En ese instante, múltiples imágenes destellaron en su mente. Estaban en la prisión, Danilo abrazaba a Daniel tiernamente, susurrándole con su voz magnética y melodiosa la canción “Arrorró mi niño”. Veía a Hernán avanzar hacia ella bajo el sol, tomándola de la mano y sonriéndole dulcemente. Pero al final, todas esas imágenes se transformaron en el rostro de Diego, ese rostro que condensaba todo el amor y odio que sentía. Yaritza se sintió ridícula, después de haberse prometido a sí misma que no le importaría más, y sin embargo, en el instante de vida o muerte, la persona que más añoraba era él. El dolor que anticipaba no llegó, en cambio, un fuerte sonido de choque retumbó cerca de ella. Yaritza abrió los ojos rápidamente y vio un coche deportivo rojo chocando violentamente contra el lujoso coche de Danilo. Hernán. Después de de