Capítulo 4

Ximena se quedó atónita. Ella apretó sus labios pálidos: —¿Esto es lo que quiere Diego? —Sí. Adrián en realidad detesta a Ximena. Aunque trabaja con dedicación y tiene habilidades, al principio utilizó métodos despreciables para obligar al jefe Diego a casarse. Esa clase de mujer le repugna. —El jefe Diego dijo que hoy no te permitirá ir a ningún lado hasta que la opinión pública se calme. —Si no puedes hacerlo, en TeraGlobal no podemos tolerar a las personas que no contribuyen. Ximena finalmente entendió que no ocupaba un lugar en el corazón de Diego. Sin embargo, no esperaba tener que soportar todo esto antes de divorciarse. ¡Que ella, su esposa, maneje esos comentarios que, en realidad, son verdades para las amantes de él en el exterior! Ximena sintió una ira que le perforó los pulmones, un intenso dolor en el abdomen se levantó y se apoyó en la mesa para ocultar su malestar, mirando con sarcasmo el gafete de su trabajo sobre el escritorio. Lo tomó y enrolló la cuerda alrededor. —TeraGlobal realmente no puede tolerar a las personas que no contribuyen, pero esta tarea no puedo hacerla. —dijo calmadamente mientras colgaba su gafete a un lado,— Renuncio. Anoche, ella preparó el acuerdo de divorcio y al mismo tiempo presentó su renuncia. Quizás el proceso es complicado y aún no ha llegado a manos de Diego. Pero hoy, el asunto sobre Carmen, ella no lo manejará. —No me busquen más por asuntos relacionados con Carmen, por favor, pídanle al jefe Diego que organice a otra persona. TeraGlobal es tan grande, seguramente no se verá afectado por mi ausencia. Adrián quedó estupefacto por un momento. ¿Ximena renuncia? ¿Realmente está dispuesta a dejar este trabajo que le permite estar cerca del jefe Diego? Tal vez es solo otra táctica para retroceder y atraer la atención del jefe Diego. Adrián regresó tranquilamente al piso superior. Diego tenía un horario lleno, preparándose para reunirse con el jefe Javier de InnoVerse Technologies. —Jefe Diego, este es el contrato de InnoVerse Technologies, por favor, échele un vistazo. Diego bajó la mirada y revisó: —El asunto de Carmen, ¿cómo lo manejó el departamento de relaciones públicas? Adrián titubeó, —La gerente Ximena, ella... —Habla claro. —La gerente Ximena dijo que no podía manejar este asunto. —Ella presentó una solicitud de renuncia, dijo que no la buscaran más para los asuntos de la señorita Carmen. Diego dejó de revisar el contrato y levantó la cabeza, sus ojos profundos carecían de calidez. —¿Ella había entregado eso hoy en la empresa? —La gerente Ximena tenía permiso hoy, la había llamado de vuelta de emergencia. El departamento de personal dijo que se entregó ayer. —¿Permiso? —Diego no se interesó por la renuncia, pero preguntó sobre el permiso. Adrián no podía adivinar qué pensaba el jefe Diego, respondió con hesitación: —Debe haber algo particularmente importante, considerando que la gerente Ximena no ha pedido permiso en tres años. Diego estaba al tanto de eso. Ximena parecía distante y reservada, no muy cercana a nadie, pero en realidad era extremadamente seria con las personas, los asuntos y su trabajo; inteligente y estratégica, de otra manera no habría alcanzado la posición de gerente del departamento de relaciones públicas en menos de dos años. Que ella pidiera permiso y, además, renunciara... Para ella, no era algo común. Diego entrecerró los ojos, inmerso en sus pensamientos. Luego, con una expresión muy fría, se levantó bruscamente. —Apruébese, pero que ella misma maneje el asunto de Carmen. Si no lo maneja bien y la reputación se daña, que lo considere ella misma. Adrián se sorprendió internamente. En teoría, el jefe Diego debería estar deseando que Ximena dejara TeraGlobal, ¿por qué ahora no quería dejarla ir? No encontraba respuesta. —Por cierto, jefe Diego, aquí tengo algo que la gerente Ximena envió... Diego tomó el celular, escuchó a Adrián y, sin mirar atrás, hizo un gesto con la mano: —La vieja costumbre. La vieja costumbre era que todas las solicitudes de Ximena se pospusieran. Anteriormente, Ximena había enviado ropa, corbatas, gemelos, regalos hechos a mano. Dado que el proyecto clave tecnológico de TeraGlobal estaba relacionado con drones, incluso había hecho un modelo a mano para complacerlo. Diego nunca miraba esos objetos, todos terminaban acumulando polvo en un armario en su oficina que rara vez se abría. Ocasionalmente, cuando Diego necesitaba algo de emergencia, esos objetos del armario eran usados. Adrián, familiarizado con la rutina, volvió a tirar el documento no abierto al mismo lugar. Todo el esfuerzo y el cálculo de Ximena, ¿no eran acaso un desperdicio?