Capítulo 71

Juan la sostiene en sus brazos y sonríe, diciendo: —Pretender indiferencia no te sienta bien. Aurora no dice nada, mirándolo con el mismo rencor que aquella noche. Juan sostiene su delgada cintura, a punto de besarla, pero cuando ella desvía la mirada con desdén, pregunta: —¿Qué crees que soy para ti? ¿Él la besaría aquí? No tiene vergüenza, pero ella sí. —Está bien, te respeto, señora Serrano.— se levanta, de buen humor. El título de "señora Serrano" ya no le agrada a Aurora. Antes, cuando Natalia la llamaba "señora Serrano", se sentía tan feliz que casi reía en voz alta. Casarse con él y convertirse en su esposa era como un sueño hecho realidad; siempre sonreía en secreto. Pero ahora, aunque él no la trata como a su esposa, aún así la llama de esa manera, qué irónico. Juan la mira de reojo, sus cejas finas están fruncidas, no parece feliz en absoluto, nada que ver con cuando estaba en Ciudad de las Flores. El hostal que Aurora y Emilia encontraron tiene un patio de estilo clásico occ