Capítulo 61

Tres años de casados y Aurora nunca le había llamado así. Anteriormente, su actitud le impedía llamarle con tanta cercanía. Ahora, simplemente no quería. Las personas ebrias tienen el cuerpo flojo y la voz más suave de lo usual; él encontró esa frase particularmente tentadora. —¿Cómo me llamaste?— preguntó él, su nuez de Adán moviéndose mientras la rodeaba con sus brazos. —Cariño, si nos hemos casado.— dijo ella, apoyando su rostro en el hueco de su cuello y riendo satisfecha. Juan bajó la mirada y recordó cómo había sonreído de esa manera cuando recibieron su certificado de matrimonio. La cubrió con su abrigo y la cargó para salir del reservado. El frío viento nocturno trajo un destello de claridad a la mente mareada de Aurora. Al abrir los ojos, vio la mandíbula de Juan tensa, luciendo muy definida. Ahora... ¿no era como cuando recién se habían casado? Su cabeza estaba algo confusa y sus ojos dolían; cerró los ojos para sentirse más cómoda. Una vez en el coche, Juan la presionó contr