Capítulo 45

Aurora despertó en una habitación aún sumida en la oscuridad. La noche anterior, Juan la había traído de vuelta. Se había quedado completamente sin fuerzas, dejándose bañar por él mientras, en un momento de confusión, no sabía quién de los dos había sido drogado. Un suave golpeteo en la puerta resonó y la voz de Natalia se oyó desde afuera, —¿Señora Aurora, ya despertó? —Entre, por favor.— Aurora habló y notó que su voz estaba increíblemente ronca. Natalia entró y abrió las cortinas, la luz brillante hizo que a Aurora le costara abrir los ojos. Natalia también se detuvo al ver el aspecto de Aurora. Desde que llegó a trabajar aquí, siempre supo que su patrona era una belleza rara vez vista. Ahora, Aurora, con su cabello largo y desordenado, vestía un camisón de cuello amplio que se deslizaba por sus hombros, mostrando su piel blanca como la nieve y las marcas ligeras que la hacían aún más atractiva. Incluso la mejilla hinchada y amoratada no restaba belleza, sino que despertaba compasió