Capítulo 36

... El domingo, Gastón invitó a Aurora a cenar en un restaurante occidental. Apenas entró, Gastón la estaba esperando con un gran ramo de rosas de la variedad Dulce Princesa. —Gracias,— dijo Aurora, tomando las flores y sonriéndole a Gastón. —¿Acaso me traerás flores cada vez que nos veamos? —Por supuesto, el sentido de la ceremonia es esencial, después de todo, estoy a punto de convertirme en tu novio,— respondió Gastón con alegría, manteniendo aún cierta distancia. Esa cautela de Gastón le causó cierta tristeza a Aurora. —Espera unos días más, y entonces podremos darnos la mano,— dijo ella, pensando en que pronto recibiría su certificado de divorcio. Al oír esto, Gastón no pudo resistirse y le acarició la mejilla a Aurora. —¿Cómo puedes ser tan maravillosa? Ya en el reservado, la comida estaba servida. Mientras Aurora comía, Gastón apoyaba su barbilla en las manos, mirándola fijamente. —¿No vas a comer? —Temo que te vayas, ni siquiera puedo creer que esto sea real,— dijo Gastón, quie