Capítulo 31 Las pruebas grabadas

Al mediodía, Noelia se encontraba en el pasillo del hospital, mirando por la ventana. Veía a los doctores agrupados alrededor de la cama, pero, a duras penas, Maite sabía que seguía con vida. Cualquier persona en su situación hubiera utilizado sus últimas fuerzas para aguantar unas horas más, a pesar de todo el dolor. Noelia no sabía cómo Maite había logrado sobrevivir hasta ahora. Pero sabía una cosa: Antonio le había mentido otra vez, y se había ido con Paola, sin sentir una pizca de culpa. Ni siquiera le avisó, hicieron que ella y Maite lucharan con todas sus fuerzas en vano. Después de que Martín se lo contara en persona, Noelia vio en Facebook una nueva selfie de Paola. En la foto, Paola tenía una sonrisa feliz. De fondo se veía a medias a un hombre, y un reloj en su muñeca. Noelia, observadora, reconoció de inmediato que el reloj era de Antonio, el mismo que ella le había regalado especialmente por San Valentín. Ella no quería creer las palabras de Martín; después de todo, Antoni