Capítulo 51

Al escuchar a Oscar, el semblante de Doña Carmen finalmente se relajó un poco. Asintió mientras miraba a Oscar y dijo: —Oscar, no sé qué estás pensando, pero Belén es una buena chica, no la decepciones. Oscar asintió, sin añadir mucho más. En estos días, los problemas triviales habían agotado a Doña Carmen, quien, después de hablar un poco, comenzó a sentirse somnolienta. Despidió a Oscar y pidió a Ricardo que la acompañara de regreso a su habitación para descansar. Una vez arriba, Oscar se acercó a la mujer que sostenía su móvil y preguntó: —¿Y bien? ¿Has encontrado alguna solución? —Estaba pensando en publicar directamente nuestro certificado de matrimonio, ¿te importaría? —preguntó Belén, buscando la opinión de Oscar. —No me importa, sería un honor —respondió Oscar, sonriendo suavemente. Viendo que a Oscar no le importaba, Belén no perdió más tiempo, tomó el certificado de matrimonio, lo fotografió y luego redirigió la atención de todos hacia Ana. [Este es el certificado de matrimon