Capítulo 36
Ella quería que Héctor la abrazara también, pero Héctor, como si no lo hubiera oído, se dirigió directamente al coche.
Isabel, decepcionada, hizo un puchero.
Se metió en el coche y preguntó: —Héctor, ¿puedo ir a tu casa a verte?
Héctor respondió de manera indiferente: —Mmm.
Isabel sonrió inmediatamente, despejando la decepción que sentía.
Un rato después, el coche llegó a su casa.
Al entrar, Isabel vio a la sirvienta haciendo fideos. Se acercó y, curiosa, le preguntó: —¿Por qué haces tantos fideos?
La sirvienta respondió: —El Señor Héctor los quiere para la mañana, pero como no tengo tiempo temprano, hago un poco más y los congelo. Así, cuando el Señor Héctor los quiere, los puedo hervir de inmediato.
Lo hace así para ahorrar tiempo.
Ningún sirviente puede estar haciendo fideos frescos todos los días, porque es bastante complicado.
La carne que se usa para los fideos debe estar picada muy finamente para que tenga buen sabor, y los fideos deben ser hechos al momento para que queden suav
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