Capítulo 96

Al principio, Valeria recibió una llamada de Paula informándole que Federico iba a causar problemas en la fiesta de cumpleaños número setenta de don Pablo. Ella e Ignacio regresaron apresuradamente, preparados para manejar las consecuencias. Sin embargo, nunca imaginaron que las "consecuencias" serían tales. —Gabriela, repítemelo, ¿es esto verdad?— Paula, emocionada, tomaba de las manos a Gabriela y giraba en círculos. Gabriela asintió con firmeza: —¡Es verdad! ¡Todo era cierto! Valeria, con los ojos enrojecidos, se secaba las lágrimas discretamente. Miró a Federico, quien, sentado en su silla de ruedas, mantenía un semblante sereno y dijo suavemente: —Debe haber sido difícil, ¿verdad? Nunca nos dijiste nada. Lo que otros veían era su éxito, pero solo su familia, que tanto lo quería, podía ver su sufrimiento y las dificultades que enfrentaba. Nadie sabía cuánto había tenido que sacrificar para alcanzar sus logros. Con la voz quebrada, Valeria se inclinó y abrazó a Federico, llorando en