Capítulo 28

Wálter se acercó a Lucía, y el ambiente a su alrededor comenzó a arder lentamente. —Vuelve a casa conmigo, ¿sí? Su respiración era pesada. La intensa presencia de feromonas envolvía a Lucía, pero su mente permanecía increíblemente clara. Pensaba: si rechazaba a Wálter, ¿aún habría alguna otra manera de obtener los expedientes médicos de los principales hospitales de Ciudad Luzdeluna? No encontró ninguna. En el instante en que lo comprendió, tomó una decisión. Se mantuvo rígida, inmóvil, permitiendo que los labios fríos y finos de Wálter se posaran sobre los suyos. La atmósfera tensa dentro del carro empezó a cambiar, volviéndose ardiente e intensa. La primera lluvia de otoño llegó de repente, y las luces del auto iluminaban la carretera vacía frente a ellos. Pequeñas gotas de agua caían sobre el cristal, deslizándose una tras otra. El sonido de la lluvia se mezclaba con la voz grave del hombre. La mano de Lucía, que presionaba contra su pecho, fue tomada para satisf