Capítulo 56

Cuando el atacante volvió a negarse a responder, comenzaron los gritos; Zaden los torturó sin parar ni siquiera a descansar, estaba hambriento, pero no de comida, sino de sangre. AL DÍA SIGUIENTE. Zaden está de pie en una esquina oscura de la habitación del hospital con los brazos cruzados sobre el pecho, los pitidos constantes de las máquinas conectadas a su pareja le ponen los nervios de punta. Su lobo está luchando, quiere tomar el control, pero él lo mantiene dominado; tiene los ojos fijos en ella, viendo su pecho expandirse y contraerse con cada respiración. Ella sigue inconsciente y esto lo está carcomiendo, la chica parece como un ángel sobre la cama, su piel es impecable y sus suaves rizos se abren en forma de abanico alrededor de su cabeza, creando un halo; aunque su cuerpo es delgado, también tiene hermosas curvas. Lamentablemente, no puede ver sus atractivos ojos ni sus deslumbrantes rasgos mientras duerme. Zaden simplemente se queda allí protegiéndola de cualquier amenaza,