Capítulo 104

El cuerpo de Riven comenzó a brillar en un tono púrpura. “¡¿Qué m*erda está pasando?!”. El brillo desapareció tan pronto como llegó y Riven ya no sentía más dolor. Punto de vista de Riven Estaba mareada y no me sentía como yo misma. Quise mover mis extremidades o que hicieran algo, pero se sentían pesadas. Intenté pensar en qué había pasado, pero todo lo que podía recordar era que estábamos en el coche y mi cuerpo comenzó a arder mientras gritaba de dolor. Ese dolor fue cien veces peor que la última vez. Me levanté y me arrepentí al instante. Mi cabeza me zumbaba con un dolor palpitante, así que coloqué mi mano sobre ella para tratar de detener el mareo. Gemí, cerré los ojos y parpadeé para abrirlos de nuevo. Esta vez, tuve más éxito. Entrecerré los ojos al ver la brillante luz del sol que se filtraba a través de una ventana abierta. Miré a mi alrededor y noté que estaba de regreso en la cabaña. “M*erda, ¿qué pasó?”. Temía haber lastimado a alguien esta vez. “¡J*der! ¿P